miércoles, 9 de junio de 2010

NUTRICIÓN

NUTRICIÓN

La comida nos proporciona energía y nutrientes que el organismo necesita para crecer, recuperarse, hacer actividad física y protegerse de las enfermedades.

Una dieta sana y equilibrada debería proporcionar las cantidades adecuadas de todos los nutrientes: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.

Los carbohidratos son la fuente más importante de energía para la población mundial.

Alimentos ricos en carbohidratos son:

arroz, maíz, trigo y otros cereales, patatas, batatas, tapioca, legumbres, frutas, verduras y azúcares.

Las proteínas sirven para constituir músculos, sangre, piel, huesos, tejidos y otros órganos.

Buenas fuentes de proteínas son: carne, carne de ave, pescado, judías, guisantes,

cacahuetes, leche, queso, yogur y huevos.

Las grasas sirven como fuente de energía y se necesitan para absorber algunas vitaminas. Proporcionan también pequeños “ladrillos” que forman células y hormonas.

Alimentos ricos en grasas son: aceites, mantequilla, leche y otros productos lácteos,

nueces, pescado y algunos tipos de carne.

Las vitaminas y los minerales son necesarios en cantidades más pequeñas,

pero son fundamentales para que el cuerpo funcione bien y se mantenga sano.

El agua es necesaria para los líquidos de las células y del cuerpo, para que las reacciones químicas tengan lugar y para producir orina que expulsa los sedimentos acumulados.



Una alimentación adecuada es fundamental para una vida activa y sana.

Necesitamos varios alimentos diferentes para crecer y estar sanos.

Una dieta sana y equilibrada comprende una variedad de alimentos.

Una dieta equilibrada ofrece la cantidad adecuada de energía y nutrientes.

Los niños que comen bien, normalmente crecen bien.

Comer bien ayuda a luchar contra infecciones y enfermedades.

Es probable que las madres que comen bien tengan niños sanos.

La manera de almacenar, preparar y cocinar los alimentos afecta su valor nutritivo.

Una buena alimentación depende también de alimentos limpios y seguros.

Necesitamos equilibrar lo que comemos con la energía que utilizamos.

Las personas enérgicas normalmente necesitan comer más de los que son menos activos.

El ejercicio físico y una dieta equilibrada ayudan a estar sanos y en forma

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