martes, 10 de marzo de 2015

CAMPEONES DE LA COMPETICIÓN DE ROBOTS EN SEVILLA. FLL WORLD CLASS









Nuestro equipo AUTÓMATAS GET THE MISSIONS ha ganado este fin de semana en Sevilla los premios al "Mejor comportamiento del robot" (Reconocimiento al equipo que ha conseguido más puntos en la Competición de Robots) y "Mejor presentación del proyecto científico" (Reconocimiento al equipo que ha sabido comunicar el problema que han identificado de forma efectiva, tanto a los jueces como a otras personas interesadas) en el último torneo regional del desafío WORLD CLASS de la First Lego League, un concurso internacional de robótica y ciencia en el que niños y jóvenes de 10 a 16 años presentan sus proyectos científicos y compiten en el diseño y programación de sus robots que deben realizar una serie de pruebas sobre un tablero durante la competición.




AUTÓMATAS GET THE MISSIONS, el equipo de OKOLA en la FLL, está formado por: Alejandro de Ávila, Andrea Díaz, Beatriz Pozas, Daniel Díaz, Enrique Daniel y Jorge Pozas, con edades entre los 10 y los 14 años y los entrenadores son José María Cepeda, Helena Guerra y Julián Pozas.



Los adolescentes se reúnen los domingos para aprender a trabajar en equipo, desarrollar su creatividad, construir sus robots y programar las diferentes misiones y analizar el problema real planteado por el desafío de cada edición, en este caso "cómo aprender mejor" y aportar una solución real a un aspecto concreto de dicho problema.




El aspecto que han elegido para proponer una solución ha sido la organización. Durante los seis meses que han estado trabajando han conocido e integrado en sus vidas diferentes herramientas para organizar su tiempo, priorizar sus actividades y coordinarse como equipo. El resultado de su trabajo ha sido un videojuego con el que otros niños y adolescentes podrán también aprender a organizarse.


En el torneo, el robot “0,01” se portó estupendamente, consiguiendo en la segunda ronda los 200 puntos que le dieron la victoria. “0,01” es un robot sencillo pero sólido y estable y, como dice Dani, uno de sus creadores, “más efectivo que otros más complejos”. Tuvimos esa pizca de suerte que hace que lo que puede salir mal (un motor que falla, una batería que ya no alcanza su carga, un sensor que enloquece, las condiciones de luz en la mesa de competición, las arrugas del tapete, la suciedad en las marcas de color o esa pieza que se afloja) no sucediera. “0,01” rindió en el campeonato igual que en los entrenamientos y realizó todas las misiones que estaban programadas.



Durante la exposición del proyecto científico y de valores los chicos y chicas del equipo mostraron con naturalidad su trabajo y su capacidad de resolver situaciones inesperadas con creatividad y coordinación.



No hará falta decir que estamos ¡eufóricos!


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