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PLANTABOSQUES LAS HURDES
Otro plantabosques, otra montaña sembrada no solo de arboles sino también de alegría, solidaridad y trabajo compartido. Otro fin de semana de convivencia con sus penurias (frio, cortes de agua…) y sus placeres (conversar, el paisaje, los niños disfrutando, los reencuentros, las nuevas amistades…). Entre las penurias el esfuerzo extra de unos kilómetros de carretera inútiles, entre los placeres la generosidad de GIGI que hizo todos los viajes necesarios para recoger a los niños y llevarlos hasta el autobús (Gigi es la que sale en la foto del comedor al fondo de la mesa en la que comían muchos de los niños que “rescató”).
Como siempre, la buena disposición de todos, la alegría y el buen humor nos permitieron pasarlo genial y contribuir a que el mundo siga siendo un lugar habitable (ecológica y humanamente).
Al fondo nos quedó la pregunta de donde estaban o porqué no estaban con nosotros los hombres y mujeres, las familias, de los pueblos de la zona… Para pensar y para pensar también la de implicaciones, conexiones, responsabilidades, efectos… que tiene cualquier pequeño acto de cada persona.
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Desde mi punto de vista sólo faltó un rayito de sol, del de verdad, porque el sol de la alegría y de la esperanza, brilló con luz propia durante dos días. Gracias Elena por tu presencia, consejos y alegría. Gracias otra vez a tu marido, que corrió y corrió en busca de mi mochila. Gracias a Gigi, aunque ya se las di en persona mientras comíamos. Gracias a Adenex también y espero que volvamos a hacer cosas juntos. Al.
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